Desarrollo de nuevas líneas de alimentos con ingredientes funcionales

Desarrollo de nuevas líneas de alimentos con ingredientes funcionales

El desarrollo de nuevas líneas de alimentos con ingredientes funcionales está revolucionando la industria de la alimentación, el hecho de comer como acto cotidiano y la concepción de una alimentación saludable.

En 2020, el mercado global de alimentos funcionales tenía un valor aproximado de
165.000 millones de euros, pues bien, según las previsiones, ese mercado está creciendo a un ritmo del 2,71 % anual y así seguirá hasta 2026, según el informe publicado por Mordor Intelligence.

No se puede definir con precisión absoluta el punto de partida, pero desde luego, la nueva aventura tecnológica de la nutrición sí tiene un escenario único, comienza en los departamentos de I+D+I de las empresas comprometidas con la investigación y la innovación y se despliega en el sector en función del tipo de producto.

Empresas que, dando respuesta a las exigencias del mercado, y a través de la investigación y la tecnología, incorporan ingredientes funcionales que modifican la composición inicial de materias primas para incrementar su calidad nutricional, en general, y conseguir soluciones alimentarias más beneficiosas para satisfacer, en particular, una demanda, cada vez más diversa.

Empresas que como Molendum Ingredients, filial del Grupo Dacsa, son especialistas en proporcionar ingredientes para una nutrición más equilibrada y completa.

Los ingredientes funcionales que Molendum ofrece a la industria alimentaria, sin aditivos ni conservantes, permiten la reformulación de productos alimenticios, el diseño de nuevos procesos de fabricación y soluciones a medida según las necesidades y objetivos del cliente, a la vez que ofrecen acompañamiento personalizado en el desarrollo de nuevas líneas de alimentos a sus partners.

En concreto y como ejemplo, Molendum ofrece diversas harinas termotratadas ya sean precocidas de garbanzo o maíz blanco; harinas estabilizadas de arroz o harinas pregelatinizas de trigo, centeno, espelta o lenteja, perfectas para elaborar rebozados que generan un buen aporte proteico; alimentos funcionales para el desayuno; para refuerzos de media jornada o aperitivos, como los snacks; suplementos dietéticos o, por supuesto, para elaborar Baby Food con una mayor calidad nutricional, por supuesto, pero también con mayor seguridad alimentaria.

Además, Molendum ofrece a la industria, en diversas presentaciones, su Pésol Pea, la proteína texturizada, seca o húmeda, elaborada a partir del guisante y sometida a procesos mecánicos de extrusión. Una proteína perfecta para aquellas personas que optan por eliminar o rebajar el consumo de proteína animal en su dieta por motivos de salud, de convicción personal o de sostenibilidad.

Hablamos de productos elaborados a partir de materias primas vegetales, de primera calidad, para complacer a un mercado que más que demandar, exige alimentos con contenidos extra de nutrientes para una alimentación que combine conceptos de rabiosa actualidad: alimentación, funcional, saludable, personalizada y, no lo olvidemos, sostenible.

Los ingredientes funcionales están en la base del proceso de innovación alimentaria porque las empresas del sector, empujadas por un creciente interés en contribuir a la promoción de la salud a través de la alimentación, los demandan sin descanso.

Una demanda que impulsa el desarrollo de investigaciones de nuevas líneas de alimentos funcionales que afinan, día a día, en la búsqueda de saludables combinaciones de minerales, proteínas y todo tipo de nutrientes que contribuyan a aumentar, de forma determinante, los beneficios del sencillo hecho de alimentarse.

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